Manos fuera de Libia: victoria a Gadafi

Publicado por: Partido Comunista de Gran Bretaña-Marxista Leninista
Publicado el: 11 de marzo de 2011

El PCGB-ML llama a apoyar al gobierno libio en su lucha para aplastar los intentos de hacerse con el control del petróleo y de quitárselo al pueblo libio.

Tenemos que resistir a los intentos de las potencias extranjeras, especialmente de los imperialistas occidentales, que, en aras de ganar el control de sus recursos petroleros, quieren balcanizar Libia o convertirla en un Estado satélite y una base para atacar a los crecientes movimientos democráticos en el resto del mundo árabe y África.

Los intentos de los medios de comunicación imperialistas para retratar el gobierno de Libia en el mismo tono que a los dictadores títeres de Túnez, Egipto y Bahrein son totalmente engañosos, así como lo son los intentos de describir a los opositores al régimen libio como sublevados en favor de la libertad al igual que los pueblos de los países árabes satélites del imperialismo occidental.

Comparar a Libia con Túnez, Egipto o Bahrein es como comparar la tiza con el queso. Para empezar, Libia tiene un estándar de vida comparable al de Gran Bretaña - uno de los más altos de África. No está mal para un país que en 1951 era oficialmente el más pobre del mundo.

Sí, Libia ha adquirido riqueza petrolera desde entonces, pero esto no conduce automáticamente a un alto nivel de vida de la población: basta con mirar a Nigeria o Guinea Ecuatorial, donde la explotación de los recursos petroleros ha dado lugar a una dramática caída en el nivel de vida general.

Las conquistas de la revolución

Bajo el régimen de Gaddafi en Libia, las mujeres han adquirido plena igualdad jurídica con los hombres. Todo el mundo tiene suficiente comida en la mesa y cada libio cuenta con una vivienda digna sin pagar renta, y tiene acceso gratuito a la atención sanitaria de calidad y a los servicios de educación. ¡Lejos está de ser la misma situación que en los países del mundo árabe que cuentan con la aprobación del imperialismo!

James Petras ha explicado muy bien la opresión imperialista a la que están sometidos estos países, lo que conduce directamente a la extrema pobreza de la mayoría de la población y a la intensa frustración de la clase media:"… La mayoría de las economías árabes donde están teniendo lugar las revueltas, se basan en la "renta" del petróleo, gas, minerales, y el turismo, que proporcionan la mayor parte de los ingresos de exportación y de los ingresos del Estado. Estos sectores económicos son, en efecto, enclaves de exportación que emplean una pequeña fracción de la fuerza de trabajo … [que] no tienen vínculos con una economía productiva nacional diversificada: el petróleo se exporta, y los bienes manufacturados, así como los servicios financieros y de alta tecnología son todos importados y controlados por las multinacionales extranjeras y los expatriados vinculados a la clase dominante…

"Los ingresos basados en la renta puede que generen una gran riqueza, especialmente cuando se disparan los precios de la energía, pero los fondos se acumulan en torno a una clase de 'rentistas' sin vocación o inclinación por profundizar y extender el proceso de desarrollo económico y la innovación …

"Además de saquear las arcas públicas, el clan/clase dominante promueve el "libre comercio", es decir, la importación de productos manufacturados baratos, menoscabando así cualquier iniciativa autóctona en los sectores 'productivos' industrial, agrícola o técnico."

('Las raíces de las revueltas árabes y los festejos prematuros', axisoflogic.com, 3 de marzo de 2011). En estos países, la clase dominante que facilita el saqueo imperialista de su país, disfruta de un lujo que supera toda imaginación, mientras que los pobres no tienen nada excepto su religión para consolarse. Sencillamente esta no es la situación en Libia, donde se ha utilizado la riqueza petrolera para proporcionar un alto nivel de vida para el pueblo.

Los opositores al régimen

¿Por qué entonces estamos siendo testigos de la guerra civil en Libia?

El régimen de Gadafi está lejos de ser aceptable para todos los libios, a pesar del hecho de que no es en absoluto un fracaso económico. Hay que recordar que Gadafi ha conducido a su país desde el feudalismo al mundo moderno, y a los intereses creados del viejo régimen no les gusta mucho esto.

A los jefes tribales feudales no les gusta ver menguar su poder. A sus ideólogos religiosos no les gusta ver una sociedad que se levanta y rechaza sus principios medievales, tales como la inferioridad de la mujer y la predilección por los castigos crueles e inusuales para los crímenes - que datan de los tiempos en que las sociedades nómadas no tenían recursos para desarrollar métodos más humanos de hacer frente a los delincuentes.

Y, por supuesto, como hasta ahora el mundo nunca ha conocido una sociedad que sea capaz de proporcionar a todos sus miembros todo lo que necesitan, siempre habrá personas que están lo suficiente descontentos como para ser movilizados - en contra de sus propios intereses - por reaccionarios que realizan todo tipo de promesas vacías en su esfuerzo por derrocar a los regímenes progresistas. En la Libia actual, el desempleo es un problema, a pesar de que el hambre no lo es.

Petróleo e imperialismo

La mayoría de los problemas del país se centran en el este, alrededor de Bengasi - zona que, dicho sea de paso, es el centro de la industria petrolera de Libia. Esta región se encuentra en la parte del país llamada Cirenaica, lugar de origen del clan Senoussi, al cual pertenecía el rey Idriss, el títere del imperialismo británico que fue derrocado por el golpe de Gadafi.

Es evidente que la lealtad de clan, que ya no tiene ninguna relevancia en el mundo moderno, ha sido invocada por los reaccionarios con la esperanza de recuperar su gloria perdida, sin duda con un llamamiento a lo más medieval de las tradiciones religiosas.

El imperialismo occidental, indignado por la nacionalización del petróleo de Libia durante el gobierno de Gadafi, y por el apoyo inquebrantable de Gadafi a las causas antiimperialistas (Sudáfrica, Palestina, Irlanda, etc.), también se ha opuesto siempre al régimen de Gaddafi, y sin duda han estado haciendo contactos entre los sectores descontentos de la población libia, a la espera del momento propicio cuando pudieran reunirse suficientes fuerzas para derrocar al gobierno desde dentro.

La defensa de la Revolución

En estas circunstancias, debería ser obvio que para que el régimen de Gadafi sobreviviera y continuara aplicando su programa progresista, tuvo que recurrir a la represión de sus enemigos más peligrosos.

No estamos en condiciones de decir si la represión fue demasiado lejos o no, ya que no tenemos evidencia alguna, pero dejar de reprimir a los enemigos peligrosos de la revolución - y dejar de adoptar con firmeza las medidas oportunas para disuadir a la gente ordinaria de ser seducidos por sus palabras engañosas - ciertamente equivaldría a traicionar a la revolución y al pueblo.

Los amigos de Libia, en los últimos años, se han alarmado por las concesiones que Gadafi se vio obligado a hacer ante las indignantes demandas del imperialismo occidental, para acabar con el lastre de las sanciones, que comenzaba a destruir las conquistas sociales que se habían construido tan esmeradamente.

No nos pusimos contentos cuando Libia aceptó la responsabilidad por el asunto de Lockerbie a pesar de que la evidencia era perfectamente clara respecto a que esto no tenía nada que ver con Libia. Y nos pusimos menos contentos aún cuando Libia renunció a su derecho a desarrollar una industria nuclear independiente.

Sin embargo, sin importar las concesiones que Libia haya hecho con una pistola apuntándole a la cabeza, aún no ha descendido al nivel de un Estado satélite en la forma en que lo han hecho Egipto y Túnez, o Arabia Saudita, Bahrein y Yemen.

Con el fin de asegurar la derrota de Gaddafi, el imperialismo occidental ha comenzado ya la imposición de sanciones económicas que incluyen la congelación de los activos libios en el extranjero. Ahora se está considerando seriamente la intervención militar, inicialmente con la imposición de zonas de exclusión aérea sobre el territorio soberano de Libia - un claro acto de guerra.

Unos oficiales del SAS (N del T: Servicio Especial Aéreo del Ejército británico) han sido interceptados tratando de prestar apoyo militar a los insurgentes, mientras que el gobierno imperialista francés ya ha salido a "reconocer" al consejo establecido en el este de Libia, encabezado por el ex ministro Mustafa Jalil, que está luchando por el derrocamiento del gobierno.

Algunas personas y organizaciones, como Stop the War, han sido engañados por la omnipresente e ininterrumpida propaganda goebbelsiana vomitada por los medios imperialistas desde el inicio del régimen de Gadafi, hasta creer que Gadafi es una especie de monstruo que hay que derrocar a toda costa. A la vista de sus antecedentes en la defensa de los intereses del pueblo libio, este planteamiento es absurdo.

Stop the War, dominada como está por las organizaciones que se dedican a la difusión de los espejismos de la socialdemocracia (es decir, esperanzas inútiles de que las soluciones para la clase obrera y los oprimidos se encuentren dentro del capitalismo), todavía sigue alentando a los opositores de Gadafi: ¡Su única razón para oponerse a la intervención militar imperialista, es que ésta puede ser perjudicial para la causa de los agentes locales del imperialismo en Libia!

¡Abajo la traición socialdemócrata; abajo el imperialismo!

¡VICTORIA A LA REVOLUCIÓN LIBIA, VICTORIA A GADAFI!

¡MANOS FUERA DE LIBIA!

Sobre Red Youth ("Juventud Roja")

Red Youth es una organización juvenil revolucionaria del Reino Unido, establecida a principios de 2010 por jóvenes miembros y simpatizantes del Partido Comunista de Gran Bretaña (Marxista - Leninista).
Traducción a cargo del compañero Herrnán que agradecemos