Nuestra lucha no se trata de una mera elección estrecha entre opciones electorales dentro del actual régimen, sino de apostar por formas de organización económica y espiritual, cualitativamente superiores a la civilización burguesa, donde se garantiza la emancipación del proletariado y la democracia real. Es la lucha popular por la conquista de la civilización socialista, partiendo del estudio científico de las bases materiales que lo posibilitan y con el objetivo último del comunismo.

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31 de agosto de 2012

Declaración del Partido Argelino por la Democracia y el Socialismo sobre Siria (2)


El imperialismo destructor de naciones

El imperialismo no se contenta en obtener de las naciones económicamente dominadas que entreguen sus riquezas a los apetitos insaciables de sus multinacionales. No se satisface con reformas políticas a cuya sombra las clases poseedoras juegan la comedia de la democracia burguesa forma. Cada vez que su tendencia a la dominación sin frenos choca con una resistencia interna aunque se exprese de manera vacilante por estas clases, decide destruir estas naciones, fragmentarlas sobre bases confesionales o étnicas sin preocuparse de las tragedias que provoca en el seno de los pueblos que sufren la lógica enloquecida de la carrera por superganancias. 
Independientemente de la naturaleza de clase de los regímenes dirigentes, la defensa de la nación y su integridad territorial, conquista importante y progresista del movimiento de liberación moderno, el combate por impedir el regreso retrogrado al tribalismo, a las solidaridad clanistas o al comunitarismo religioso, se convierte en aspecto crucial de la lucha antimperialista. Esta lucha no se puede disociar de la defensa de los intereses y aspiraciones sociales y políticas de las clases laboriosas. Son las masas populares los mejores defensores de los intereses generales de la nación. 
Las clases explotadores o negociantes, las capas sociales que contribuyen a defender los intereses de estas clases y las posiciones de las multinacionales, buscan siempre el compromiso con el imperialismo para que les dejen algunas migajas del pastel. La actitud escandalosamente pasiva del poder argelino frente a las injerencias de los países imperialistas en Medio oriente o África no sorprende. Expresa su naturaleza de clase antipopular, sus vínculos financieros y orgánicos consolidados estos años entre la burguesía y las oligarquías imperialistas. Las clases explotadoras y negociantes tienen más miedo a las masas populares que al imperialismo. Buscan la protección de este último frente al descontento de las clases populares indignadas por la profundización de las desigualdades sociales y el acaparamiento de las riquezas del país por una minoría parasitaria. 

El PADS expresa su solidaridad con las fuerzas antiimperialistas y progresistas siras en su resistencia heroica a la guerra fomentada por la coalición de fuerzas imperialistas, monarquias teocráticas y grupos que empleen el islam para ocultar sus objetivos ultrareacionarios y su traición. Apoyamos a los comunistas sirios en su lucha por vincular la resistencia a la agresión imperial reaccionaria, a la movilización democrática de las masas a la puesta en marcha de una política económica y social favorable a los intereses de la clase obrera, del campesinado laborioso de los pequeños productores que rompa con las medidas ultraliberales que han debilitado la económica siria, empobrecido a las masas populares, enriquecido a una minoría de sirios y negociantes del Golfo. Esta política ha provocado el descontento popular y estimulado a la reacción interna para lanzarse a una insurrección para tomar el poder bajo la consigna demagógica y mentirosa de la “libertad”. …
El PADS llama a la condena de las actividades imperialistas.

El PADS denuncia el silencio de los responsables argelinos ante las injerencias imperialistas en Siria, el apoyo que ofrecen al rol intervencionista reaccionario de la Liga árabe en los asuntos de este país. La liga árabe se ha convertido en un  centro de presiones e injerencias en manos de los regímenes monarca teocráticos árabe movidos por el imperialismo. Argelia debe retirarse de este organismo convertido en institución hostil a los intereses de los pueblos árabes y a su independencia. El silencio del gobierno argelino y del jefe del Estado sobre este tema en la visita del canciller francés, ausencia de desmentido en relacion a la similitud de puntos de vista entre responsables argelinos y franceses sobre los sucesos que tienen lugar en Mali y en las fronteras de Argelia con este país, sucesos provocados por las intrigas imperialistas, francesas y estadounidenses en particular para controlar el Sahel y sus riquezas, han estimulado a los estados imperialistas a intensificar sus maniobras contra los pueblos árabes y africanos. El PADS denuncia el rol de los medias y los periódicos argelinos que propagan mentiras de las potencias imperialistas para justificar las sanciones y la guerra contra Siria Llama a los antiimperialistas argelinos a combatir esta propaganda, a denunciar los que la propagan conscientemente y a condenar los actos de las potencias imperialistas y de sus lacayos internos.
  
   

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